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Un plato del menu del restaurante Voro

Cinco razones para enamorarte de Voro en Mallorca

4. El maridaje de panes

En lugar de una cesta o un plato de pan, Voro introduce un maridaje de panes para acompañar algunos de los platos calientes del menú. Todos los panes se elaboran en el propio restaurante.
Comienza con un pan de kamut, hecho con trigo cultivado a menos de 20 km del restaurante, que acompaña a un plato de bogavante con sofrito y gazpachuelo. Luego, junto a unos raviolis de gamba y cerdo, se sirve una versión del famoso pan de cristal catalán; y con ternera en adobo, un pan rústico malteado con albaricoques secos, que aporta un bocado dulce y satisfactorio.
También sirven una pequeña ensaïmada, el famoso dulce mallorquín, pero elaborada con una mezcla 50/50 de grasa de pato y de cerdo (normalmente se usa 100% de cerdo), junto a una interpretación del tradicional cocido preparado con pato. Solo hay que dosificarse un poco con el pan… todos sabemos lo que pasa si te llenas demasiado rápido.

5. Modernidad en su máxima expresión

Lo que te sorprenderá mientras disfrutas de la experiencia en Voro es lo relajado que resulta para un restaurante de este nivel. El servicio es seguro pero tranquilo y nunca invasivo. Tienes espacio y tiempo para conversar sin que nadie esté constantemente rellenando tu copa de agua.
Muchos nos hemos cansado de los largos relatos en los restaurantes, con monólogos épicos que presentan cada plato y hacen que la comida se enfríe antes de probarla. En Voro, te presentan los platos, pero de manera breve y concisa, y además hay tarjetas impresas para cada pase, de modo que puedas leer y descubrir más por tu cuenta.
Todo esto te deja con la sensación de que la alta cocina no ha muerto, que sigue habiendo magia en una experiencia gastronómica elevada donde cada detalle ha sido cuidadosamente considerado.

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