Es difícil que la mirada no se detenga al pasar por Versátil, ese refugio contemporáneo escondido entre los rincones históricos de Zarza de Granadilla. Aquí, el pulso de la Extremadura más auténtica se traduce en gestos culinarios llenos de personalidad y sentido, con Alejandro Hernández Talaván como artífice de una propuesta que deslinda la frontera entre memoria y modernidad. Se respira en el ambiente la misma serenidad que domina la sala: la madera pulida, la luz natural extendiéndose a lo largo de mesas generosamente espaciadas y una atmósfera apacible, remota de cualquier prisa, que invita a la contemplación antes de cada pase.
No hay aquí exaltación ni efectismo, sino una apuesta clara por el producto local, evocada a través de platos donde el pimentón de la Vera, los espárragos trigueros o las setas silvestres se combinan en juegos precisos de textura y temperatura. El chef, distante de cualquier afán nostálgico, reinterpreta el recetario tradicional con una mirada limpia, retando la costumbre regional a través de técnicas contemporáneas y fondos minuciosamente elaborados. La caza local aparece en formas inesperadas, a menudo acompañada de emulsiones ligeras o vinagretas afinadas, señal de esa búsqueda constante por destilar la esencia de la despensa extremeña sin perder rigor.
La presentación de cada plato resulta tan medida como honesta. Vajillas de autor adaptadas a la paleta cromática de los ingredientes, salsas limpias que apenas rozan la base y emplatados precisos, casi minimalistas. El comensal se encuentra entonces ante escenas que invitan a explorar capas de sabor ocultas bajo aparente sencillez, confirmando que la profundidad no radica en la acumulación de elementos, sino en la elevación de matices familiares trascendidos a través de técnica y reflexión.
El menú degustación, cambiante al ritmo de la estación, funciona como un recorrido sorprendente pero cohesionado: un arroz meloso envuelto en matices ahumados o piezas de ibérico sometidas a curaciones sutiles dialogan con guiños a las verduras de la zona y, de tanto en tanto, bocados que remiten a la infancia local transformados por la perspectiva actual del chef. Todo converge en un ejercicio de contención y claridad que revaloriza el entorno inmediato.
Versátil no busca provocar asombro inmediato, sino destacar la riqueza de una tierra a través de una cocina sobria, exigente e impecablemente anclada al entorno.
