En el corazón gastronómico de Madrid, emerge Benares como una de las propuestas más sugerentes para quienes buscan una inmersión sofisticada en la cocina india moderna. Su interiorismo abraza con luz tenue y calidez cromática, evocando los paisajes ribereños del Ganges a través de texturas nobles y relieves artesanales, que dialogan con la serenidad de las líneas contemporáneas. No hay estridencias decorativas; los elementos ornamentales –lámparas tamizadas, maderas oscuras, discretas filigranas metálicas– componen un equilibrio que transporta al visitante a un espacio recogido, lejos de las distracciones urbanas.
En su carta, la filosofía del chef se expresa en una visión de la India que elude clichés y revisita la tradición desde la perspectiva cosmopolita de la alta cocina. Su cocina es un terreno de encuentro entre un profundo respeto por la herencia culinaria y el dinamismo propio del presente, una cocina donde la técnica se apoya en el producto sin eclipsar la personalidad de las especias. Aquí, la reinterpretación toma forma en platos como el tikka masala de ave de corral, sutilmente ahumado en tandoor y acabado con notas cítricas; o el biryani, presentado como mosaico aromático, donde cada grano de arroz rubrica un delicado perfil gustativo gracias a especias que nunca dominan, sino que enmarcan el sabor principal.
La presentación de los platos refuerza esa narrativa sensorial que caracteriza a Benares: vajillas de cerámica artesana y composiciones cromáticas intencionadas sugieren el refinamiento contenido de la India contemporánea. El lector casi puede visualizar el brillo especiado sobre cremas de verduras asadas o el trazo preciso de yogur concentrado. Platos emblemáticos basculan entre el legado indio y la despensa española, permitiendo que productos locales –cordero, pescado de lonja, verduras de temporada– se integren con matices de comino, cardamomo o azafrán, obteniendo una armonía poco común en otras casas indias de la ciudad.
En la experiencia, el viaje se prolonga en la selección de vinos y coctelería, donde, lejos de acompañar de manera previsible, el maridaje se convierte en prolongación del concepto culinario. Lassis reinterpretados y propuestas vínicas internacionales abren nuevas ventanas aromáticas, ajustando el recorrido sensorial a cada plato.
Benares ha alcanzado un lugar singular en la escena madrileña gracias a su constante evolución y su capacidad para dialogar entre pasado y presente, consolidándose como un destino imprescindible para los amantes de la cocina india depurada y matizada.