Cuando se habla de vitamina C, es casi imposible no pensar en las naranjas y los cítricos en general. La realidad es que hay muchas otras frutas y verduras ricas en esta vitamina que protege el sistema inmunitario, pero los cítricos, protagonistas indiscutibles de la temporada invernal, son sin duda uno de los mayores recursos que ofrece la naturaleza. Las naranjas se pueden consumir directamente o preparar con ellas zumos y todo tipo de platos dulces y salados. Su versatilidad en la cocina abarca un amplio abanico de deliciosas posibilidades, pero recuerda: nada se desperdicia porque su cáscara, lisa o rugosa, es perfecta para muchas recetas. ¿Pero cuántos tipos de naranjas hay? Teniendo en cuenta que es uno de los cítricos más antiguos, la naranja está muy extendida en todo el mundo (las de la isla italiana de Sicilia son muy conocidas). Hay muchas variedades de naranjas y cada una de ellas tiene una característica específica que determina su uso. Veamos algunos de los tipos de naranjas más comunes.
Naranjas dulces y naranjas amargas
La primera clasificación que hay que hacer cuando se habla de tipos de naranjas es sin duda la distinción entre naranjas dulces y amargas.
Naranjas dulces: una variedad muy común, las más conocidas son las de consumo doméstico y se dice que son un cruce entre pomelo y mandarina. Parece extraño, pero las naranjas dulces son originarias del sudeste asiático y fueron importadas a Europa por los portugueses. Fue entonces cuando comenzó el exitoso cultivo siciliano, que desde entonces se ha perfeccionado y ha hecho de esta fruta el icono de la isla. Las naranjas dulces se caracterizan por su piel y pulpa de color naranja. Entre las naranjas dulces, hay que distinguir también entre las naranjas sanguinas y las naranjas rubias.