A finales de febrero, los carpinteros construyeron rápidamente diez maceteros para verduras y cuatro compostadoras in situ; a principios de marzo, Ana Armendariz, una jardinera que había gestionado varios huertos comunitarios y había trabajado con pacientes psiquiátricos y ex presidiarios, empezó a trabajar tres días a la semana para crear un mapa de cultivo biointensivo. Además de planificar el calendario biodinámico (los primeros plantones de ajo, hinojo, acelga, cebolleta, kale, frijoles y patatas se plantarán según las fases de la luna), imparte talleres de agroecología y hábitos de alimentación saludable para niños en edad escolar y residentes del barrio. En otoño, Armendariz introducirá el milpa, el milenario sistema de cultivo de América Central, para sembrar maíz, frijoles y calabaza.
Fotografía Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires
Como en otras muchas metrópolis durante la pandemia, los huertos comunitarios se han multiplicado en Buenos Aires y han pasado de 13 a 33, pero la Huerta Luna de Enfrente destaca por ser sostenible y estar bien organizada. “Mientras que otros proyectos comunitarios son anárquicos y espontáneos y la gente planta lo que le apetece, éste es un huerto pedagógico y uno de sus objetivos es donar sus ingredientes”, dice Armendariz.
En una ciudad que ha logrado reciclar el 46% de las 6.000 toneladas de residuos que produce cada día, se anima a los vecinos a llevar sus residuos orgánicos a las cuatro compostadoras, con los que a su vez se alimentan los parterres de las verduras. Además de insuflarle una nueva vida a la Huerta Luna de Enfrente con 55 m2 más de vegetación, la fauna local también está en auge, con abejas y mariposas volando y jugando alrededor de la manzanilla y las lechugas. Parece que tarde o temprano todos saldrán ganando: los comedores y las ONGs que reciben deliciosas verduras orgánicas, los aficionados a la jardinería que mejoran sus habilidades y el ecosistema urbano, todos ellos unidos para crear una nueva comunidad.
“Esto era una espacio público perdido, pero en septiembre estará lleno de vida”, añade Armendariz.
Huerta Luna de Enfrente abre al público todos los días de 10 a 18 h en Gurruchaga y Soler, Palermo, Buenos Aires.