En un sector donde la atención se dispersa con rapidez y las tendencias cambian de nombre cada temporada, Begoña Rodrigo ha decidido avanzar en sentido contrario: con una cocina que no busca complacer expectativas externas, sino profundizar en lo que le resulta esencial. Su trabajo al frente de La Salita, en Valencia, no responde a un estilo, sino a una posición: cocinar con lógica, con respeto y con memoria. Lejos de las narrativas habituales que rodean a la alta gastronomía, Rodrigo ha consolidado un lenguaje propio a partir de ingredientes humildes y técnicas precisas. Su propuesta no necesita presentaciones grandilocuentes: habla con claridad desde el producto y desde una estructura culinaria rigurosa.
En 2024 fue reconocida por la Green Guide como la Mejor Chef de Verduras del Mundo. No fue un premio aislado, sino la confirmación de un recorrido construido sin atajos ni concesiones. A pesar de los reconocimientos, Rodrigo no ha dejado de señalar los desequilibrios estructurales del sector, en particular las dificultades que encuentran muchas mujeres para liderar proyectos gastronómicos en igualdad de condiciones. En diversas entrevistas ha subrayado la falta de referentes femeninos en la alta cocina y la necesidad de revisar las dinámicas laborales que todavía la condicionan. En octubre de 2024, fue galardonada con el premio "Mujeres tenían que SER", un reconocimiento que puso en valor no solo su cocina, sino también su papel como agente de cambio dentro del sector.