En 2025 la comunidad hispanohablante ha logrado un hito histórico: seis de los diez primeros restaurantes pertenecen a cocinas de habla hispana. Una señal inequívoca de la fuerza y la creatividad que emanan de España y América Latina. ¿Cómo se explica este auge hispanohablante? Uno de los factores clave es la tradición reimaginada. Cada caso muestra cómo la identidad local, desde la cocina nikkei limeña hasta las brasas vascas, la milpa mexicana o el asado argentino, puede transformarse en un discurso culinario global e innovador.
Tanto pioneros consolidados como nuevas voces impulsan una narrativa fresca, diversa y potente. Otro elemento fundamental es la sostenibilidad y el impulso regional: la granja propia de Don Julio, la pesca responsable de Etxebarri o la cocina de proximidad de Quintonil subrayan un compromiso con lo ético y lo local, valores esenciales en la gastronomía contemporánea.
Además, cada destino, Lima, Ciudad de México, Madrid, Buenos Aires, se posiciona como epicentro de experiencias culinarias, atrayendo visitantes con historias que trascienden el plato. Los premios regionales (como Latin America’s 50 Best o Michelin) y la creciente visibilidad mediática han contribuido a fortalecer las marcas detrás de estos restaurantes, consolidando su presencia en el escenario mundial.