Bajo la mano de la chef Marisa Barberán, La Prensa se afianza como uno de los referentes gastronómicos de Aragón, distinguiéndose no solo por su estrella Michelin, sino por una visión culinaria profundamente personal. Cualquier visita a este restaurante es, ante todo, un ejercicio de inmersión en la identidad aragonesa, reinterpretada a la luz de una sensibilidad sofisticada. Barberán reivindica el producto local como protagonista indiscutible y, a partir de él, despliega una cocina que parece dibujada más que cocinada, donde la técnica nunca suplanta a la materia prima, sino que la realza con respeto y precisión.
En la sala, la atmósfera transmite una calma envolvente. La arquitectura interior, sustentada en maderas sutiles y tonos terrosos, está estudiada para recibir la luz con suavidad, envolviendo las mesas en una claridad que invita a la contemplación y anticipa el carácter reflexivo de la cocina. No hay excesos en la decoración; cada elemento responde a un concepto de elegancia silenciosa que subraya la experiencia sin robar la atención al plato.
La propuesta gastronómica de La Prensa gira en torno a la coherencia. El menú se despliega como un relato donde cada capítulo refleja una estrecha conexión con el territorio y con el ciclo de la estación, evitando concesiones a la moda o a la espectacularidad efímera. Destaca el uso de fondos profundos y reducciones minuciosas que concentran la intensidad de los ingredientes, acompañados de emplatados de gran delicadeza. La carta recoge reinterpretaciones serenas de productos emblemáticos: verduras del entorno, carnes seleccionadas y pescados tratados siempre con un rigor que evita la tentación de lo accesorio.
La filosofía de Barberán se reconoce en cada decisión: la evitación consciente del ornamento vacuo en beneficio del sabor puro y del equilibrio de matices. El paso por la mesa es cadencioso y ponderado, con platos que revelan capas de sabor y texturas que se ajustan sin sobresaltos. Incluso el apartado dulce participa de esta narrativa, incorporando elementos de la despensa local para proponer una continuidad armónica, sin giros de última hora ni rupturas forzadas.
En La Prensa, el compromiso con la autenticidad se percibe en cada detalle, desde la elección del producto hasta el gesto final en el emplatado. Es una cocina que asume el reto de evolucionar desde la fidelidad, redefiniendo la memoria gustativa aragonesa sin renunciar a una lectura actual.