En pleno corazón de la Costa Blanca, Audrey’s destaca como un espacio donde la alta cocina mediterránea adquiere matices contemporáneos. El restaurante, bajo la dirección de Rafael Soler Ataner, propone una visión personal de la gastronomía valenciana, articulando memoria y territorio en cada plato. Más allá de la técnica, el enfoque de Soler gira en torno a una recuperación sutil de productos de la zona, reinterpretados sin estridencias, pero con una frescura sensorial que desafía lo previsible.
El interiorismo de Audrey’s despliega una luminosidad estudiada, donde los ventanales difuminan la luz mediterránea sobre mesas impecablemente dispuestas. Predominan los volúmenes puros, el mármol, la madera y una gama cromática contenida: todo invita a una calma elegante, nunca impostada. La atmósfera se construye a base de silencios, líneas limpias y materiales nobles, mientras los detalles—la caída de los manteles, el brillo cerámico de la vajilla—refuerzan la arquitectura del espacio sin distraer de la experiencia culinaria.
La carta de Soler nunca resulta predecible. Sus propuestas se apoyan en ingredientes locales, pero pasan por el filtro de una creatividad ajena a cualquier artificio. Una muestra de ello es el arroz cremoso de marisco, donde el caldo meloso y los mariscos de la zona dialogan en texturas afinadas. Incluso productos humildes como el tomate valenciano, la quisquilla o el pulpo encuentran una nueva expresión mediante técnicas como la cocción lenta, la emulsión o las infusiones aromáticas. Las preparaciones sobresalen por la pureza de los sabores, el control de la ligereza y el equilibrio visual; platos que no buscan apabullar, sino seducir de manera sutil los sentidos.
En Audrey’s la presentación es esencial, pero nunca vacua. Los colores se armonizan, los volúmenes sugieren pequeñas arquitecturas comestibles. Cada montaje revela el deseo de explorar el potencial sensorial del producto, sin perder el hilo conductor del territorio. No hay ornamento superfluo: la autenticidad del ingrediente dirige la puesta en escena, que se mantiene deliberadamente sobria y comedida.
Fiel a la filosofía del chef, Audrey’s transforma la tradición levantina a través de una mirada contemporánea, donde la técnica se pone al servicio del sabor y la memoria. La narrativa gastronómica fluye entre innovación controlada y respeto por la raíz autóctona, consolidando así una personalidad reconocible dentro del panorama culinario de la Comunidad Valenciana.