Consejos y trucos
Esta versión de la salsa barbacoa solo tiene el toque levemente picante de la mostaza, pero si gusta este sabor y quieres intensificarlo, puedes añadir pimienta de cayena o pimentón picante. Si, en cambio, prefieres una salsa barbacoa aún más suave, puedes reemplazar la mostaza de Dijon por pimentón dulce. Otro de los sabores que en general se encuentra en la salsa barbacoa tradicional es el sabor ahumado, que no se incluye en esta receta. Si es un sabor que te apetece agregar, puedes utilizar humo en polvo o pimentón ahumado. También hay recetas que le dan un toque más ácido con el agregado de diferentes tipos de vinagre, como el de manzana, el de vino tinto o incluso el vinagre balsámico.
Si quieres una receta con pocos ingredientes, puedes probar esta opción superexprés que solo lleva tres. Coloca azúcar blanca en un cazo y calienta hasta caramelizar, sin que el caramelo se tueste demasiado. Añade vino tinto (la misma cantidad que hayas utilizado de azúcar) y lleva a ebullición a fuego bajo. Mezcla con varillas y deja hervir unos minutos. Agrega kétchup de buena calidad, vuelve a mezclar bien con varillas y deja hervir al menos unos tres minutos. Si dejas hervir más tiempo, la salsa se irá reduciendo cada vez más, con lo que adquirirá más consistencia. Puedes decidir cuánto tiempo dejar hervir según la consistencia que prefieras que tenga la salsa. Deja atemperar, coloca en un envase que puedas cerrar herméticamente y lleva a la nevera.
Cómo conservar la salsa barbacoa casera
Esta salsa barbacoa puede envasarse en un tarro hermético y conservarse en la nevera aproximadamente una semana. Con la receta que proponemos aquí, la salsa bastará para unas 4 o 6 personas, y puedes utilizarla para acompañar cualquier plato de carne, pollo o cerdo hecho a la parrilla. Además, si quieres una opción vegana, no dejes de probar esta barbacoa vegana y estas recetas de brochetas de verano. Hay para todos los gustos.