Cuanto menos agua tenga la calabaza, más esponjosas quedarán las magdalenas, así que asegúrate de escurrirla bien para quitar todo exceso de líquido. Si prefieres un sabor más tradicional y cremoso, sustituye el aceite por mantequilla derretida (100 g) y, para darles un toque más aromático, añade más nuez moscada o ralladura de naranja a la mezcla. Reparte un poco de azúcar por encima antes de hornear para obtener una costra crujiente típica de las magdalenas caseras y, para lograr el copete perfecto, hornea los primeros 5 minutos a 200 °C y luego baja a 180 °C: el golpe de calor inicial ayuda a que suban más.
Variantes
Si quieres una versión más rica en fibra, puedes sustituir la mitad de la harina por harina integral o de avena, o también emplear una mezcla de harinas sin gluten (arroz, maíz, almendra, por ejemplo) añadiendo una cucharadita extra de impulsor químico. También puedes optar por una versión vegana, sustituyendo los huevos por 2 cucharadas de semillas de chía o lino hidratadas y la leche por una bebida vegetal al gusto. Para el toque final, puedes añadir chips de chocolate o frutos secos como nueces o almendras, que aportarán una matiz crujiente.
Con qué acompañar las magdalenas de calabaza
Estas magdalenas combinan de maravilla con un café, un vaso de leche o una infusión caliente, y mejor aún si es especiada, como un té chai o rooibos con canela. También se acompañan muy bien con yogur natural, crema de queso o un poco de mermelada de calabaza casera, y hasta pueden servir de base para preparar postres. Si buscas una opción más festiva, sírvelas templadas con un hilo de miel y nata montada. Anímate a probar otras variantes para crear tu merienda ideal del otoño.
Cómo conservar las magdalenas de calabaza
Una vez frías, guárdalas en un recipiente hermético a temperatura ambiente hasta 3 días, o en la nevera hasta una semana. Si prefieres, puedes congelarlas de a una envueltas en film: bastará con sacarlas un rato antes para que se descongelen a temperatura ambiente, o darles un golpe de calor en el horno o en el microondas. De este modo conservarán su textura tierna y su aroma especiado como recién hechas.