Redondo de ternera relleno: receta tradicional

Pide en la carnicería que te abran el redondo para rellenar. Si eres hábil con el cuchillo, puedes cortarlo en casa. Debe quedar como una lámina uniforme.

Pon a hervir 3 huevos y, mientras tanto, desmenuza el relleno de las salchichas y mézclalo con el jamón serrano picado, el queso rallado y el perejil, une todo con un huevo batido y condimenta con sal y pimienta.

Extiende la carne y coloca por encima el relleno y los huevos duros cortados. Enrolla con cuidado, apretando bien el relleno, y ata la carne con hilo de cocina, haciendo nudos cada 4 cm aproximadamente.

En una sartén, calienta un poco de aceite y sella el redondo por todos los lados a fuego medio-fuerte. Reserva.

En la misma sartén, añade un poco de aceite de oliva, las cebollas cortadas en juliana, las zanahorias en rodajas y los ajos enteros, y sofríe a fuego medio hasta que las verduras estén doradas.

Desglasa la sartén con el vino tinto y añade el caldo, la hoja de laurel y el tomillo.

Coloca el redondo en una fuente de horno, vierte la salsa por encima y hornea a 180 °C durante aproximadamente una hora y media, regando la carne con la salsa cada 20 minutos para mantener la humedad. Si notas que la salsa se reduce demasiado, agrega un poco de agua.

Deja reposar unos 15 minutos para que los jugos se distribuyan bien por la carne, retira el hilo y corta en rodajas.

¿Cuál es la mejor carne de ternera para rellenar?

Si bien en el nombre de la receta ya tenemos el mejor corte de carne de vaca que podemos utilizar para prepararla (el redondo), hay otros cortes con los que puede prepararse. El mejor de todos es la aleta de ternera, que al ser un corte plano y amplio, resulta muy fácil de rellenar y es particularmente tierno. Otras opciones son la babilla, que es un corte cercano a la cadera y también magro, pero más jugoso que el redondo, y el rabillo, que se encuentra cerca del redondo y tiene características muy similares al redondo, aunque es ligeramente más jugoso.

Consejos y trucos

El redondo de ternera es un corte que, por ser magro, tiende a ser más bien seco. Esta es una característica que hay que tener en cuenta para elegir una preparación que lo haga más jugoso y tierno, como el guisado. En el caso de nuestra receta, el sellado inicial, la cocción a fuego lento y el rociado con vino y caldo pueden asegurar un buen resultado.

Para que no se pierda relleno durante la cocción, es fundamental atar bien el redondo y, si es posible, coser las puntas.

Variantes

En las recetas familiares del redondo relleno siempre hay algún ingrediente “secreto”. Algunas de las variantes más populares incluyen otros ingredientes en el relleno, como piñones y pasas de uva si se busca una opción agridulce, o bien espinacas cocidas o tomates, que dan un colorido pintoresco. También se pueden agregar ingredientes a la salsa, como pimientos de piquillo o miel y mostaza para quienes gustan del picante, o preparar una salsa de soja y jengibre para aportar sabores de la cocina asiática.

Con qué acompañar el redondo de ternera relleno

Por ser una receta rellena, podríamos decir que el redondo ya está muy bien acompañado, pero no está de más servirlo con unas rodajas de pan de campo par mojar en la salsa. Otro ingrediente que acompaña muy bien esta receta son las patatas, tanto en su versión al horno como en puré.

Cómo conservar la carne de ternera rellena

Una vez cocinado, el redondo relleno se conserva muy bien en la nevera hasta 4 días, pero es necesario dejarlo enfriar bien antes, al menos unas dos horas y colocarlo en un recipiente hermético con algo de salsa para que no se reseque. Si deseas conservarlo durante más tiempo, puedes congelarlo separado de la salsa y en porciones, y tenerlo almacenado hasta 3 meses. Ten en cuenta que si la receta incluye huevos duros (como la que te proponemos así), debido a que el huevo tiende a cristalizarse durante el congelamiento, la textura cambiará al descongelarlo y perderá un poco de sabor. A la hora de descongelarlo, te recomendamos descongelar solo las porciones que se consumirán, para evitar recalentar la carne demasiadas veces y que se eche a perder.