Los alimentos fermentados, al contener bacterias probióticas, aportan multitud de beneficios para la salud y, por esta razón, su consumo se ha vuelto muy de moda en años recientes, como es el caso del kimchi, plato coreano a base de verduras, o incluso del kvass, una bebida fermentada tradicional de Ucrania que se elabora a partir de pan fermentado, aunque la verdadera estrella de los fermentados es actualmente la kombucha, un brebaje legendario original de Asia que se ha puesto de moda en todo el mundo.
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¿Qué es la kombucha?
Hemos visto que la kombucha se puede saborizar de mil maneras, destacamos las 5 siguientes:
- Limón y jengibre. Añade a tu kombucha el zumo de 1 limón y 2 o 3 rodajas de jengibre o una cucharadita de jengibre en polvo. Refrigera y listo.
- Mora y yerbabuena. Añade a tu kombucha moras congeladas y hojas de yerbabuena. Refrigera y listo.
- Frambuesa y albahaca. Agrega a tu kombucha frambuesas congeladas y hojas de albahaca. Refrigera y listo.
- Mandarina y canela. Llena 1/4 de la botella con jugo de mandarina y agrégale una cucharadita de canela en polvo o ramas de canela, luego añade la kombucha y refrigera.
- Manzana y cúrcuma. Pela una manzana verde o roja y ponla a hervir en agua hasta que esté blandita. Luego licúa la manzana sin el corazón y con un poco de agua, hasta obtener un jugo espeso. Llena 1/4 de la botella con ese jugo de manzana, agrégale 1 cucharadita de cúrcuma en polvo, luego agrega la kombucha y refrigera.
Tipos de té para la kombucha
Es imprescindible aprender a elegir el té más adecuado para la kombucha, ya que no nos vale cualquier té.
En efecto, entre los nutrientes que precisa el Scoby para mantenerse vivo y saludable, destacan el nitrógeno, la cafeína y la teanina, lo que significa que para hacer kombucha necesitaremos tés de la familia camellia sinensis. Los tés más adecuados son, por lo tanto, los siguientes:
El té negro es históricamente uno de los más utilizados a la hora de hacer kombucha, ya que es muy nutritivo para el hongo, al propiciar unas condiciones óptimas de fermentación. Solo hay que evitar aquellos tés negros que contienen aceites, ya que perjudicarían al Scoby.
El té verde tiene una larga historia en la elaboración de la kombucha. Su gran ventaja es que es rico en polifenoles-catequinas, sobre todo el galato de epigalocatequina (EGCG). Su proceso de fermentación es más rápido que el del té negro y como resultado se obtiene una bebida de color más claro y sabor más suave.
El té blanco da como resultado una kombucha muy delicada y floral y rica en catequinas. Sin embargo, al estar elaborado a partir de hojas y brotes inmaduros, carece de aquellos compuestos químicos que solo están presentes en las hojas maduras del té y que son necesarios para la fermentación, por lo tanto, no es la mejor opción a la hora de hacer kombucha. Se podría obviar a ello, de todos modos, utilizándolo en combinación con otros tés.
Otra opción es usar el té oolong, que está elaborado a partir de hojas fermentadas. Se obtiene una kombucha de color ámbar y sabor afrutado con matices herbales.
La excepción a la regla es el té rooibos, que, aunque no pertenece a la familia de la camellia sinensis, puede ser usado para producir una buena kombucha, con un sabor profundo y herbáceo, y libre de cafeína.
Propiedades y beneficios de la kombucha
Las propiedades y beneficios de la kombucha son realmente muchos:
- Propiedades digestivas
Al ser un probiótico, refuerza la microbiota intestinal, mejorando la digestión y fortaleciendo las defensas. Para aprovechar al máximo estas propiedades, se recomienda beber la kombucha por la mañana, en ayunas. Esto también potencia sus beneficios antioxidantes.
- Propiedades antioxidantes
Al ser rica en polifenoles, posee un gran poder antioxidante, especialmente cuando se elabora a partir de té verde. Varios estudios confirman que tiene efectos antioxidantes en el hígado y que beber kombucha reduce la toxicidad hepática causada por sustancias químicas tóxicas.
Además, sus propiedades antioxidantes estarían relacionadas con sus posibles efectos anticancerígenos a la vez que antinflamatorios y vasodilatadores.
- Propiedades antibacterianas
La fermentación de la kombucha produce ácido acético, que, al igual que los polifenoles, ayuda a eliminar bacterias y microorganismos potencialmente dañinos.
- Propiedades depurativas
La kombucha es rica en enzimas y ácidos bacterianos, como el ácido glucurónico, que ayuda a purificar y eliminar las toxinas, protegiendo al hígado y el riñón de tóxicos.
- Propiedades hidratantes
Por ser rica en agua, vitaminas y minerales, ayuda a mantener hidratado el organismo de una forma mucho más sana que si se toman otras bebidas con una mayor cantidad de aditivos y azúcares.
- Ayuda a controlar la diabetes tipo 2
La diabetes tipo 2 se caracteriza por niveles elevados de azúcar en sangre y resistencia a la insulina. Un estudio apunta que la kombucha, al ralentizar la digestión de los carbohidratos y al no contener prácticamente azúcar luego del proceso de fermentación, reduce los niveles de azúcar en sangre y, además, estos efectos se verían amplificados en la kombucha hecha de té verde, ya que el té verde en sí mismo reduce los niveles de azúcar en la sangre.
- Reduce el colesterol y el riesgo cardiaco
La kombucha es capaz de reducir el colesterol malo (LDL) y aumentar el bueno (HDL). Además, la que está hecha de té verde reduciría los riesgos de sufrir una patología cardiovascular, siendo beneficiosa para el corazón y la circulación sanguínea.
- Fortalece las defensas
Las bacterias y levaduras que contiene ayudan a fortalecer el sistema inmunitario.
- Es baja en calorías
Solo contiene 30 calorías por cada 100 mililitros, por lo que puede ser una gran ayuda a la hora de perder peso.
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