El pescado blanco se puede encontrar en todo el mundo, y algunas de las especies más populares que aparecen en los menús son el bacalao del Atlántico, el eglefino, la merluza, el fletán, la platija y el lenguado, pero hay muchas más. El pescado blanco es siempre delicioso, y es uno de los ingredientes favoritos de los chefs cuando está fresco.
Diferencias entre el pescado blanco y el pescado azul
El pescado blanco, que se caracteriza por ser de carne blanca, de textura más seca y de sabor sutil, a diferencia del pescado azul, como el salmón, la caballa o el arenque, cuyo sabor es más aceitoso y definido y su textura, más firme. Además, por su concentración de grasas, este último suele acumular niveles mayores de sustancias contaminantes, como el mercurio.
El sabor delicado y la textura del pescado blanco, por su parte, lo convierten en un excelente ingrediente, ya que combina muy bien con hierbas como el romero y el eneldo, o con alcaparras, pepinillos e ingredientes fermentados. También combina fenomenal con los sabores del limón y de los cítricos. La nata, el vino blanco e incluso el brandy pueden realzar el sabor del pescado blanco.
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