La avena tiene un importante contenido de fibra y antioxidantes, componentes muy importantes que proporcionan mucha energía a nuestro cuerpo. Es por eso que se la suele consumir al empezar el día, en desayunos o previo a un almuerzo. La leche de avena ayuda al estreñimiento y también es buena para la salud de nuestro corazón, ya que ayuda a evitar enfermedades cardíacas.
Contraindicaciones de la leche de avena
Si bien el consumo de la leche de avena significa incorporar una buena fuente de energía a nuestro cuerpo, así como otras propiedades necesarias para llevar una vida más saludable, su ingesta no siempre supone ser una buena opción. Tal es el caso de las personas celíacas o muy sensibles al gluten, a quienes directamente no se recomienda su consumo. Es cierto que este cereal no contiene gluten naturalmente, sin embargo, su procesamiento en fábricas puede implicar cierta contaminación. Para ello, es importante asegurarse de que el envase explique claramente que se trata de un producto libre de gluten.
Por otra parte, muchas marcas comerciales de leche de avena incluyen aditivos, conservantes y azúcares que puedan ser perjudiciales para nuestro sistema digestivo. Tampoco se sugiere utilizar la leche de avena como sustituta de la leche de vaca para niños y bebés. Esto es porque la avena no contiene todos los nutrientes esenciales para la dieta en los más pequeños.
Si sois una persona vegetariana o vegana, es importante tener en cuenta que la leche o cualquier otra bebida de avena no será suficiente para tu dieta. Para ello, es necesario complementar con otros alimentos que compensen el bajo aporte de proteínas que la leche de avena ofrece.
Cómo hacer leche de avena – paso a paso
Tiempo total
10 minutos
Ingredientes
Agua
4 tazas (1 litro)
Hojuelas de avena
1 taza (100 gramos)