El queso es un alimento consumido en todas sus formas y variantes a lo largo y ancho del mundo, ya sea elaborado a partir de la leche de vaca, como también de cabra, oveja, u otros derivados. Existen más de 1.800 tipos de queso que se diferencian entre sí por su sabor, su textura, el país de origen y también por el modo de elaboración. Muchos países son importantes productores de queso, especialmente en Europa, que poseen el reconocimiento de denominación de origen, cuya forma de producción está protegida con normas estrictas de preparación que se deben seguir. Desde quesos blandos a duros, de más suaves a más picantes, hay un mundo de sabores en los quesos que vale la pena conocer, y en esta ocasión os contaremos todo sobre el famoso queso manchego.

Fotos iStock
Queso Manchego: origen e historia
Cómo guardar y conservar el queso manchego
Cuando compramos queso y lo llevamos a casa, siempre tenemos la duda si debe ir o no en la nevera, o si dejarlo en una bolsa, tupper u otro recipiente. Lo cierto es que el queso es uno de los alimentos que más atención requiere cuando de conservación se trata. Es fundamental que sea conservado correctamente para poder explotar al máximo todas sus propiedades y que no pierda su sabor o se modifique. Idealmente, el queso manchego debe guardarse a una temperatura de entre los 5 y 10 grados centígrados, y mantenerlo a un 85% o 90% de humedad. Sin embargo, su conservación es un poco diferente si lo que se tiene es una pieza entera, si es un trozo o si está madurado en aceite. En caso que lo que se quiera conservar sea la pieza entera, lo mejor será que guardes tu queso manchego en la parte inferior de la nevera o en los cajones donde se guardan frutas y verduras. Su tiempo de conservación será de varios meses, siempre y cuando esté envasado al vacío que no sea una pieza previamente cortada. Si has abierto el queso, puedes aún guardarlo en la parte inferior del frigorífico y cubrirlo la parte cortada con papel encerado, papel film o papel aluminio
Si lo que se tiene es sólo un trozo de queso, lo mejor es conservar el queso manchego en pequeños trozos y guardarlo en un recipiente hermético o en un plato cubierto con un paño húmedo. No se aconseja guardarlo en la despensa, ya que de esta forma no se cumple con las condiciones de temperatura y humedad apropiadas. En caso de que ya sepas que vas a comer tu queso en unos pocos días, sólo podrás conservarlo cubriéndolo con papel aluminio.
Para madurar tu queso manchego en aceite, y conservarlo de esta manera, te sugerimos tener listo un recipiente de vidrio o acero inoxidable donde colocar el queso dividido en pequeños trozos. Se debe añadir aceite de oliva virgen extra hasta cubrirlo y guardarlo en un ambiente fresco, que idealmente no supere los 10 grados centígrados. Se recomienda dejarlo almacenado por unos 30 a 60 días en maduración antes de consumir.