La maca tiene un sabor muy particular, que tiende a oscilar entre el amargo y el picante, y puede disimularse mezclándola con extracto de vainilla.
El sabor y las propiedades de la maca varían según los colores, que van del amarillo crema al rosa, del rojo violáceo al negro. Esta última variedad, de sabor dulce con apenas un regusto amargo que asemeja al de las alubias de soja tostadas, se considera la más energética.
La maca amarilla es la variedad más económica y se caracteriza por el sabor acre.
La maca roja proviene de los bulbos rojos o morados y tiene un sabor que recuerda a la malta. Es la variedad más rica en aminoácidos, necesarios para los procesos de renovación celular del organismo.
Maca en la cocina: cómo utilizarla fresca y en polvo
La raíz de maca puede consumirse cocida, tanto fresca como seca, o en forma de harina, para preparar, por ejemplo, distintos tipos de galletas mezclándola con harina de trigo. Para preservar intactas sus propiedades y nutrientes, sin embargo, se aconseja consumirla cruda. ¿Por qué no agregar maca cruda en polvo al humus o al guacamole, por ejemplo?
Una forma de utilizar la maca en polvo es empleándola como ingrediente para condimentar ensaladas. También se puede agregar a zumos y batidos. Un dulce típico peruano, la mazamorra, que se toma tanto para el desayuno como para la merienda, se prepara mezclando harina de maca. Hay quien la usa también para hacer cócteles, mezclándola con otros licores, tradicionalmente con claras de huevo batidas a nieve, clavos de olor y canela.