Gomasio: qué es, propiedades, cómo hacerlo

También conocido como sal de sésamo, el gomasio es uno de los condimentos más utilizados en la cocina japonesa. Se trata de un ingrediente para salar preparaciones, que se consigue mezclando semillas de sésamo y sal marina. Es muy sencillo de elaborar y es perfecto para reemplazar la sal común. En japonés, “goma” significa sésamo y “shio” sal marina, de ahí que a este mix se lo denomine en castellano gomasio. 

Debido a sus cualidades nutricionales, el gomasio es también muy utilizado en la cocina macrobiótica. Para prepararlo se necesita, además de semillas de sésamo y sal marina, un mortero típico de Japón, conocido como suribachi, que a diferencia del mortero tradicional, su forma es un poco más abierta y en la parte de adentro tiene una pequeñas rendijas que facilitan triturar las semillas y los granos de sal. 

Propiedades nutricionales del gomasio

Las propiedades nutricionales del gomasio se derivan de la composición que tienen tanto el sésamo como la sal marina. En el caso de la sal marina, sus propiedades pueden variar según de donde provenga. Por ejemplo, la del Atlántico es más rica en magnesio. 

Nutricionalmente, el gomasio aporta hidratos de carbono, proteínas que aportan las semillas de sésamo, vitaminas B y E, que ayudan a combatir las señales de envejecimiento por sus efectos antioxidantes así como a mantener un buen aspecto de la piel, minerales tales como calcio, cobre, potasio, fósforo, entre otros; y también fibras y  ácidos grasos.

Por todo ello, el consumo de gomasio puede ayudar a prevenir enfermedades cardiovasculares, contribuye a un buen funcionamiento del sistema digestivo, mejora el sueño así como el estado de ánimo, y es un buen complemento para mantener un sistema inmunológico fuerte. Los orientales también lo recomiendan para combatir fuertes dolores de cabeza.

Cómo hacer gomasio

Para preparar gomasio se necesitan semillas de sésamo crudo o integral y sal marina, que también puede ser integral. 

Lo primero que hay que hacer es tostar las semillas de sésamo en una sartén sin aceite, previamente lavadas y bien escurridas. Con la ayuda de una espátula de madera, hay que ir moviéndolas y evitando que se quemen. Estarán listas cuando se hayan apenas inflado y cambiado un poco de calor. Controlar la cocción de las semillas es muy importante, ya que si se queman se perderán los ácidos grasos.

Luego, hay que tostar también sólo por un minuto la sal marina. Esto puede hacerse en la misma sartén utilizada para las semillas. Cuando esté lista la sal y las semillas, colocar todo en el suribachi, y comenzar a moler. Las semillas de sésamo se irán abriendo poco a poco, y comenzarán a desprender su olor característico. Cuando aproximadamente el 70% de las semillas estén abiertas, el gomasio ya estará listo para ser utilizado. 

¿Cómo se usa gomasio?