Actualmente podemos comprarlos muy fácilmente en supermercados y tiendas de alimentación. Son más pequeños que los huevos normales, pero igual de sabrosos. Los reconocerás fácilmente por las manchas pardas en la cáscara. En cuanto al sabor es más delicado y, por su tamaño son perfectos para adornar platos.
En cuanto a los valores nutricionales, hay que tener en cuenta que en igualdad de peso contienen más del doble de colesterol que los huevos de gallina (100 gramos de huevos de codorniz contienen 844 mg de colesterol, mientras que 100 gramos de huevos de gallina contienen 372 mg - Fuente: Fondazione Veronesi) así que hay que tenerlo en cuenta.
Modos de cocción
Los huevos de codorniz se cocinan como los huevos de gallina, pero hay que tener más cuidado debido a su pequeño tamaño. Se pueden freír en una sartén antiadherente con un poco de aceite. Hay que tener cuidado al abrir los huevos de codorniz: el método consiste en introducir la punta de un cuchillo en la cáscara hasta una profundidad de aproximadamente un centímetro para evitar perforar la yema. Es mejor cocerlos uno por uno, pues son muy delicados. Fritos son deliciosos si los pones en una tajada de pan tostado o en una "bruschetta".