Los níscalos aportan minerales y vitaminas y no contienen grasas, por lo que su consumo es muy recomendable.
El aporte en vitaminas del grupo B favorece la circulación del oxígeno, cuya carencia puede generar migrañas y fatiga, además, la vitamina B3 que contienen estas setas ayuda a fortalecer las defensas, mientras que las vitaminas A y C, junto con el magnesio, ayudan a conservar en buen estado las conexiones nerviosas de nuestro organismo.
El alto contenido en hierro y resto de minerales favorece la producción de glóbulos rojos y blancos, y ayuda a mantener las defensas altas. Asimismo, por su contenido en fósforo, los níscalos ayudan a mantener una buena salud ósea, mientras que por su contenido en potasio ayudan a depurar el organismo, combatiendo, así, la retención de líquidos.
Finalmente, algunos estudios señalan que los níscalos poseen propiedades antioxidantes y antimicrobianas.
Níscalos: información nutricional
Los níscalos son fuente de vitaminas A, B1, B2, B3 y B5, así como de calcio, hierro, yodo, magnesio, potasio y fósforo y fibra. En menores proporciones, también proveen vitamina C, D y K, así como proteínas de alta calidad.
El contenido calórico es bajo, ya que no alcanzan las 25 Kcal cada 100 gramos y, además, contienen mucha agua y fibra, lo que los convierte en un alimento ligero y saciante, ideal en dietas de adelgazamiento.
¿Cómo distinguir los níscalos?
Los níscalos se caracterizan por tener un color anaranjado rojizo que tiende hacia colores pardos verdes.
El pie es corto y cilíndrico, con algunas manchas. Su sombrero mide entre 4 y 15 cm de diámetro y aparece marcado por círculos concéntricos. La parte inferior del sombrero está formada por láminas delgadas, a veces manchadas de verde. Su carne es compacta, un poco granulosa. Tiene un olor agradable y un sabor acre en crudo.
Principales variedades de níscalos
Hay diferentes especies de lactarius en todo el mundo, casi todas comestibles.
- Lactarius deliciosus. Es el níscalo por excelencia, el más común.
- Lactarius salmonicolor. De color asalmonado, se le conoce como níscalo de abeto.
- Lactarius sanguifluus. Se caracteriza por tener un color mucho más claro, próximo al ocre.
- Lactarius vinosus. Presenta matices más rojizos, con tonos púrpuras y láminas de color rosado o lila.
- Lactarius quieticolor. Se caracteriza por tener un color más apagado, ocre o crema, con matices naranjas sin brillo.
- Lactarius torminosus. Se le llama falso níscalo. Tiene un color más pálido y no es comestible.
Cómo limpiar níscalos