El pulpo es, sin dudas, uno de los ingredientes protagonistas de la gastronomía española, y cualquiera que visite Galicia no puede irse sin probar el famoso pulpo a la gallega. Además de ser un gran alimento, es sabroso y puede prepararse de diferentes maneras. La cocina de España lo ha incorporado y adaptado en varias versiones, y las recetas elaboradas a base de pulpo son realmente la perdición de muchos. Aunque ya os hemos enseñado cómo hacer, por ejemplo, un pulpo al coco o unos buñuelos de pulpo japoneses, aquí vamos a hablaros sobre algunos consejos para preparar el pulpo según diferentes métodos y tiempos de cocción.
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Tiempo y diferentes métodos de cocción del pulpo
Si bien todas las técnicas que os explicamos hasta ahora parecen sencillas, una de las cosas más difíciles a la hora de cocinar un pulpo es lograr que quede muy tierno. Suele pasar que si no prestamos atención a algunos secretos, el pulpo queda duro y ya no es tan agradable de comer, aunque esté bien condimentado o acompañado por una buena guarnición.
Como ya mencionamos también, congelar el pulpo es el primer paso para que luego obtengamos la textura deseada. Entonces, si no habéis comprado el pulpo congelado, podéis hacerlo en casa y luego descongelarlo para cocinar. Es importante también limpiar muy bien el pulpo antes de llevarlo a la olla. Esto significa no sólo lavarlo sino también separar la cabeza, quitarle los ojos y enjuagar los tentáculos uno por uno.
Una vez que esté bien limpio, se coloca el pulpo en una olla con agua hirviendo, realizando primero la técnica de los “sustos”, como ya os hemos explicado. Para que quede bien tierno, el pulpo debe cocinarse a fuego fuerte durante los primeros 10 minutos, y luego se baja a fuego medio para que continúe la cocción. Cuando haya pasado el tiempo, se apaga el fuego, se deja enfriar y se escurre con cuidado. En total, tomará aproximadamente 50 minutos.
Otro consejo para obtener un pulpo muy tierno es comprar uno que sea lo suficientemente grande. Cuanto más grande el pulpo, más tierno quedará, aunque no lo cocinemos entero, ya que lo que importa es que sea carnoso. El truco del congelado también es importante, ya que ayuda a romper las fibras musculares del pulpo y deja más tierna su carne. Y lo que no puede obviarse nunca a la hora de cocinar un pulpo es la técnica del “susto”. Si olvidáis este paso, el pulpo quedará sin dudas imposible de comer.