La calabaza es una de las verduras protagonistas de la temporada de octubre. Se trata de una hortaliza que proviene de México, ya que es un cultivo prehispánico, como los tomates o las patatas, que data de hace más de 7500 años. Las calabazas originales tenían un tamaño más pequeño, y eran más duras y amargas que las que conocemos hoy en día. Pero aquí os vamos a contar un poco más acerca de esta riquísima verdura, para que la aproveches al máximo durante los próximos meses.

Foto: iStock
Calabaza: propiedades, beneficios y recetas
La calabaza es un alimento muy versátil, que puede incluirse en muchos platos, y por eso es el ingrediente común de recetas que ya os hemos presentado, como por ejemplo, unos riquísimos ñoquis de remolacha acompañados por crema de calabaza, ideal para una noche fresca o invernal. También podéis preparar ñoquis de calabaza, cuyo modo de hacerlos es muy similar a los de remolacha o incluso a los ñoquis tradicionales. El secreto de esta preparación es cocinar la calabaza al horno, para que tome ese sabor dulce intenso característico de esta hortaliza.
Utilizando la calabaza también se pueden cocinar unos sabrosos risottos, tales como un risotto de calabaza y azafrán, u otra variedad también muy rica, pero con sake, el conocido picante japonés. Y si preferís innovar y preparar platos aún más sofisticados, podéis probar cocinando quinoa con calabaza y naranja, o una saltimbocca con naranja, calabaza y queso grana, una receta típica italiana. Además, la calabaza se puede usar para preparar guarniciones, como este delicioso puré de calabaza.
Consejos para conservar la calabaza en perfecto estado
Para conservar la calabaza por más tiempo y en perfecto estado, vale la pena conocer algunos métodos que os ayudarán a que no se eche a perder tan rápido.
Cuando aún no hemos cocinado la calabaza, la mejor manera de que se conserve es protegerla de la luz directa y almacenarla a una temperatura más bien fresca, aunque no se recomienda que esté en la nevera, sino alacenas o alguna despensa. Si no tenemos más opción que utilizar la nevera, se puede envolver la verdura en un film para protegerla del frío directo.
La calabaza cruda también se puede congelar, y de hecho esta es una de las mejores opciones para conservarla por aún más tiempo. Se recomienda pelar la calabaza y cortarla en trozos antes de guardarla en el freezer, para que sea más fácil su uso al descongelarla. También es aconsejable limpiar las semillas y utilizar bolsas aptas para congelación.
Otra opción es recurrir a la técnica de envasado al vacío, si por supuesto podéis acceder a la máquina adecuada. Si esta es una alternativa posible para vosotros, os recomendamos también lavar bien y cortar en trozos la calabaza antes de envasarla, teniendo en cuenta que una vez que abráis la bolsa hay que utilizar todo su contenido.
Por último, también existe la posibilidad de congelar la calabaza cocida, si con ella habéis preparado alguna crema o puré, utilizando algún recipiente apto para congelación. Si cuando descongelamos el puré o crema, la textura se ve un poco diferente se puede volver a triturar, e incluso se puede agregar, por ejemplo, una patata cocida o alimento similar, y mezclar bien para recuperar la cremosidad.